¡Apaga eso!». Una de las frases más oídas en cualquier casa donde haya niñ@s u adolescentes. Padres, madres, profesor@s y cuidadores luchan a diario para que los más pequeños de la casa se desconecten de las pantallas: móviles, tablets, play-station, ordenador… Ayer mismo tenía en la consulta a un padre desesperado porque su hijo, que tiene un Síndrome de Tourette, pasa horas y horas jugando a Fornite y su rendimiento academico el último curso se ha resentido, así como algunos síntomas propios de su enfermedad como son la ansiedad, el bajo nivel de frustración y la inatención e impulsividad. Pero no hace falta tener una enfermedad de tics para padecer los resultados negativos de las adicciones a las pantallas. Le puede pasar a cualquiera.
El objetivo de este post es daros argumentos para poder, desde este comienzo de curso, confrontar a vuestros hijos con conocimiento de causa. Ya no un: «apaga eso porque lo digo yo», sino un «desconecta ya porque lo dicen las últimas investigaciones cientificas».
El mundo de los TIC (tecnología de la información y la comunicación) avanza a una velocidad vertiginosa y cada día aparece una nueva red social, una nueva aplicación o un nuevo video juego que acapara la atención de los chavales y se suma a los ya establecidos: Facebook (de viejos a estas alturas :), Instragram, musical.ly, Fortnite, Zombies y plantas etc. etc. Este blog tiene como objetivo fundamental el dar información fiable, con lenguaje comprensible y explicaciones asequibles para todos pero no por ello menos cientifica. Por tanto, sobre este tema no os voy a contar mi opinion personal, ni lo que me gustaría que fuese, sino lo que se sabe hasta la fecha de cómo las pantallas afectan al desarrollo de un niñ@/adolescente.
Esto es lo que dice la ciencia sobre los efectos físicos y neuropsicológicos del abuso de las pantallas:
Efectos físicos:
- Aumenta las quejas de salud. Hay multiples estudios epidemiológicos que aportan estos datos. Uno de los más recientes es un estudio irlandés con una muestras de > 10.000 chic@s en el que se observa que los chaval@s que pasan > 2 horas conectados a pantallas aquejan más dolores de cabeza, de espalda y/o de estómago (Keane 2017).
Altera el patrón de sueño. Múltiples estudios demuestran que la exposición a pantallas en las horas nocturnas disminuye la fase del sueño REM y la secreción de melatonina (un mensajero que le dice a tu cuerpo que es de noche y lo prepara para tener sueño) y, por tanto, alteran el ritmo circadiano (LeBourgeois, 2017).
- Puede producir problemas visuales por la luminosidad de las pantallas.
- Reduce la densidad de los huesos que, evidentemente, tienen que crecer sanos y fuertes a estas edades.
- Desplaza tiempo para otras actividades. Los niñ@s y adolescentes tienen que interactuar con su entorno, con sus compañeros y con adultos y jugar para desarrollar su coordinacion psicomotriz (construyendo, trepando, manipulando objetos y haciendo deporte si son más mayores) y creatividad.
- Aumenta los factores de riesgo cardiovasculares como la hipertensión, la obesidad, y la resistencia a la insulina (diabetes). Este no será tu mejor argumento con tu hij@ que vé un infarto como algo muy de «gente mayor», pero probablemente a ti no te viene mal saberlo 😉
Efectos neuropsicológicos
Aumenta las sensaciones de mareo, «bajón», nerviosismo, irritabilidad y dificultades para conciliar el sueño (Keane 2017).
- Aumenta la probablidad de padecer un trastorno de deficit de atención e hiperactividad (TDAH). Un estudio reciente publicado en JAMA, una de las revistas más prestigiosas en el campo de la neurología, siguió a una muestra de chicos de 15-16 años durante 2 años y concluyó que existia una correlación significativa entre el consumo de medios digitales y el desarrollo de un TDAH (Ra 2017).
- Si el contenido de los programas de TV y video juegos es violento, se aumenta el riesgo de desarrollar una conducta antisocial y agresiva (Gentile 2004).
- Disminuye las habilidades sociales
Produce alteraciones de la conducta similares a las de la adicción a sustancias. Ante la prohibición o limitación del uso de pantallas tu hijo puede tener «mono» y presentar un alto grado de ansiedad, asi como accesos de ira cuando se le niega el acceso (te suena, ¿verdad?).
En conclusión, las pantallas no son malas. La clave está en determinar su uso: cuanto, cuando y que contenido.
Recomendaciones (para ampliar información ver la pagina de la Asociacion Americana de Pediatria (AAP) en español latino https://www.healthychildren.org/spanish/family-life/media):
- ¿Cuanto? En menores de 2 años: nada; en niños de 2 a 5 años: 1 hora; en mayores de 5 años: el criterio debe ser que no interfiera con su desarrollo y su salud.
- ¿Cuando? Es evidente que la interaccion familiar se tiene que cuidar. Por tanto, es un buen consejo el prohibir las pantallas durante las comidas, también durante el tiempo dedicado al estudio (ya sé, a veces tienen que estudiar «online» lo cual no facilita las cosas) y, por lo menos, 1 ó 2 horas antes de acostarse.
- ¿Qué? Supervisar las redes y los juegos que utilizan. Antes de permitir un juego, probarlo, incluso jugar con vuestros hij@s. Se ha demostrado que algunos video juegos pueden desarrollar habilidades cognitivas como el procesamiento visual y espacial, las funciones ejecutivas y la memoria de trabajo (Anderson 2017).
- Predicar con el ejemplo. No podemos dar un mensaje a nuestros menores y no jugar con las mismas reglas y que nos vean «enganchados». Ya sé, ¡nada fácil!
- Establecer un plan y cumplirlo. Podeis utilizar este link de la AAP para ayudaros a establecer un plan de consumo junto con vuestros hijos https://www.healthychildren.org/Spanish. Una vez establecido y negociado recomiendo que todos los adultos responsables hagan frente comun para poder cumplirlo.
Es importante explicarles el por qué de estas normas a vuestros hij@s. ¡Espero que este post os ayude en la negociación!
Firmado por: Mónica Kurtis
Referencias
- Domingues-Montanari S. Clinical and psychological effects of excessive screen time on children. J Paediatr Child Health 2017;53(4):333–8.
- Keane E, Kelly C, Molcho M, Nic Gabhainn S. Physical activity, screen time and the risk of subjective health complaints in school-aged children. Prev Med 2017;96:21–7.
- LeBourgeois MK, Hale L, Chang A-M, Akacem LD, Montgomery-Downs HE, Buxton OM. Digital Media and Sleep in Childhood and Adolescence. Pediatrics 2017;140:S92.
- Ra CK, Cho J, Stone MD, De La Cerda J, Goldenson NI, Moroney E, et al. Association of Digital Media Use With Subsequent Symptoms of Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder Among Adolescents. JAMA 2018;320(3):255.
- Anderson DR, Subrahmanyam K, Cognitive Impacts of Digital Media Workgroup on behalf of the CI of DM. Digital Screen Media and Cognitive Development. Pediatrics 2017;140:S57–61.
Pues yo pienso que debería dejarse el tema del control de las TICS en manos del Ayuntamiento de Madrid que se las pinta solo en el ámbito del control y de las prohibiciones.Eso sí habría que crear una comisión de expertos que evaluase cuales son las actividades on line que producen más secreción de adrenalina , dopamina , serotonina, acetilcolina , glutamato, etc para ver como aumenta cada uno de ellas la emisión de CO2 a la atmósfera , dotando de una pegatina al usuario que debería llevar siempre en lugar bien visible para ser sancionado en función de su aporte al calentamiento global. Y si finalmente no hay acuerdo, pues se da carmenazo al asunto y a otra cosa mariposa
Muy buen post! Muchas gracias! Útil también para los adultos que entre la oficina, el móvil, la televisión, no desconectamos tampoco de la pantallas. Más actividades al aire libre, buenos libros y buena música!
Muy interesante. Yo tengo ya niños de 10-12 años y gran parte de los deberes están en Internet. Los propios profesores cuelgan fichas en la web, les piden buscar información en internet…
Hay un doble mensaje de cero pantallas y los profesores que les piden entrar en internet. Como se gestiona eso? Tal vez puede ser un tema para un nuevo post
Gracias por tu comentario Rocío. Sí, esto complica las cosas y es frecuente. Lo que está claro es que no necesitan el móvil, la tablet y el ordenador para estudiar. Con una pantalla, es suficiente. Puedes monitorizar donde han «estado» gracias al historial del buscador (a no ser que hayan aprendido a hacer búsquedas en incógnito) y por lo menos sabrás si han estado estudiando (o no). Otra política recomendable es la de «puertas abiertas» o trabajar con el ordenador en el salón, para que algún adulto pueda pasar y ver su pantalla de vez en cuando. Mira el enlace al contrato que ofrece la Asociación Americana de Pediatría. Esta muy bien. ¡Ánimo!
Excelente Mónica, millones de gracias.
Muy muy interesante, de «rabiosa» actualidad, y útil. Lo voy a compartir casi hasta la saciedad.
Gracias por compartir Julia. Esperamos que le sirva a mucha gente. ¡el tema es urgente!
Gracias Mónica, muy educativo lo que nos cuentas. Desde luego es negociación difícil. Con los pequeños porque no entienden que sea malo para ellos y con los adolescentes porque es su manera de “estar en su mundo”. Un truco eficaz es tener en casa un “Parking de pantallas”, donde toda la familia deje sus dispositivos (tabletas, teléfonos, etc…) y sólo se permita cogerlos en un horario preestablecido; pero como bien dices, el compromiso primero debe ser de los adultos y dar ejemplo.
Marta, me ha encantado el «Parking de pantallas»–gracias por compartirla.
Un saludo,ç
Julia
Gracias Julia y que tengamos suerte!