Empezamos una serie de posts sobre qué nos puede ayudar a llevar mejor una enfermedad que afecta al movimiento. Empezamos por comentar temas muy prácticos como comer, limpiar hace la compra… la vida misma vamos. Esperamos hagan vuestro día a día más facil.
Cuando los síntomas de un trastorno del movimiento se van acusando, cuando comienza a ser evidente la enfermedad, tendemos a tomar precauciones respecto de nuestra vida laboral, llegando a tener que abandonarla en no pocas ocasiones, y de nuestra seguridad vial, haciendo uso de muletas, bastones, andadores, o sencillamente saliendo siempre acompañados. Parece evidente que pueden resultar entornos poco seguros, por lo que evitar riesgos es primordial. Pero nuestra vida se desarrolla también de puertas adentro y la enfermedad no se queda en el descansillo de la escalera, sino que se pega a nuestra vida como una sombra, lo que quiere decir que interfiere en cada cosa que hacemos.
En mi caso, la incapacidad laboral fue una consecuencia inevitable de mi enfermedad de Parkinson, y en mi empresa debieron sustituirme en mi puesto, pero el tribunal médico no mandó ninguna persona a sustituirme en las tareas domésticas de mi casa, y el polvo y la suciedad han sido poco comprensivos conmigo y siguen posándose en los muebles y pegándose a ropas y enseres. Además, mi familia ha mantenido la costumbre de continuar comiendo, vistiéndose y aseándose, por lo que hay que comprar, hacer comidas, lavar, tender y planchar ropas y limpiar cuartos de baño, dormitorios, etc…
En lo personal, según he ido encontrando dificultades, he ido tomando medidas para solventarlas; utilizo andador o bastón según donde deba desplazarme, adapté el cuarto de baño para evitar caídas, utilizo espesantes para para evitar atragantamientos, evito cordones y botones en mi vestimenta… Pero en las tareas domésticas, desagradecidas de por sí, las dificultades son mayores.
De este modo, yo voy saliendo del paso con ayuda de los avances tecnológicos que, aunque suponen un desembolso económico considerable, al menos no cogen vacaciones 🙂
… la compra online ya es habitual en mi casa, conocemos a todos los mensajeros de las diferentes compañías de logística y los repartidores de alimentación de las grandes superficies conocen bien mi domicilio.
… Por casa circula a sus anchas un robot aspirador con aplique también para fregado que mantiene el suelo en buen estado, si bien hay que tener cuidado con él porque sin previo aviso se puede cruzar entre tus pies.
… La Thermomix ya es parte de nuestra familia y sin ella comeríamos crudo.
Seguiremos intentando optar a la ayuda a domicilio siempre que la Ley de dependencia lo permita. Mientras tanto, aún quedan muchas cuestiones por resolver, por lo que os invito a compartir innovaciones para las tareas domésticas que utilicéis, hayáis visto en otros o simplemente se os ocurran al acercaros a este tema de los trastornos del movimiento.
Firmado por: Marta Val
Muy buena idea comunicar esta información por este medio
Enhorabuena por la innovadora y artística presentación del Blog. Me ha encantado la escena cotidiana escogida, Bienvenidos sean los posts con ideas que faciliten la vida doméstica cotidiana . Abordar este tema no es baladí. A los problemas médicos y limitaciones físicas que conlleva la enfermedad, el no poder realizar las tareas domésticas supone una carga emocional añadida. Que frustración ver como se pierde calidad de vida de puertas adentro. Muy buenas las ayudas tecnológicas y hábitos sugeridos. Añado otra: la plancha de vapor vertical. Es fácil de usar y se tarda un minuto en planchar una prenda.
Y sí. es de justicia que la Ley de Dependencia contemple una mayor ayuda a domicilio .
Genial Pilar, la plancha es un enemigo consagrado. Gracias! …seguiremos peleando y reinventándonos 💪😀