Recuerdo que en mi infancia, cuando alguna persona decía que le iban a hacer una trepanación (hacer un agujero en el cráneo) todo el mundo pensaba: a éste le queda poco, o ¡Dios mío, qué grave tiene que estar!
Por otra parte, los trepanados contaban orgullosos una y mil veces su “particular epopeya” con todo lujo de detalles a una audiencia atónita y estupefacta ante semejante proeza. Mostraban gozosos sus cicatrices, las pruebas de su hazaña, que sólo los más osados se atrevían a tocar. Para nosotros, los niños, eran los héroes del barrio a los que tributábamos admiración y respeto, como a los astronautas del Apolo XI: Armstrong, Aldrin y Collins, a su vuelta de la luna.
Hete aquí, mira tú por donde, con el pasar de los años me entero de que agujeros en el cráneo nos los venimos haciendo desde el mesolítico, es decir unos 10.000 años a.C., todo el neolítico, 5.000 años a.C, hasta la época del bronce 3.000 a.C. Estos datos fueron para mi como un bofetón, el mito de la trepanación se derrumbaba, un sentimiento primero de incredulidad y luego de desengaño se apoderaron de mi. La misma vivencia que cuando te dicen quienes son los Reyes Magos. Tras el cambio de paradigma el tema de la trepanación en tiempos remotos me empezó a interesar.
Lo primero que me pregunté fue, ¿por qué lo hacían?, ¿qué les impulsó a horadarse el cráneo? Hay muchas teorías, las primeras que descarto son la patológica y la terapéutica. No creo que los conocimientos de neurología fueran muy buenos en aquellos tiempos, me cuesta creer que supieran qué es un derrame cerebral y sus consecuencias, hasta cosas tan básicas como que el lado izquierdo del cuerpo está gobernado por el lado contrario del cerebro, ¡imposible!. Unos cuantos de miles de años más tarde Aristóteles afirmó en el siglo III a. de C. que la conciencia reside en la bomba cardíaca. Antes que los griegos, los egipcios situaban las funciones anímicas e intelectuales en el corazón. Los sumerios en el hígado. Vamos que en todos lados menos en el cerebro.
El que esté tan extendido el mito de las trepanaciones terapéuticas en Egipto es debido a la influencia de la novela del finés Mika Waltari, y más tarde película: “Sinuhé el egipcio”, de lectura amena y recomendable. Relata la vida de un médico en tiempos de los faraones que trepanaba a diestro y siniestro, hecho inexacto, pues los egipcios no trepanaban por razones terapéuticas, sino religiosas, para que el alma (Kha) pudiera salir del cuerpo. Eran trepanaciones “post mortem” es decir a un cadáver y muy escasas.
Por tanto en épocas prehistóricas la razón principal obedecía al trasfondo cultural y a lo sumo a razones rituales -mágico-religiosas- curar un mal cuya causa era un espíritu maligno al que había que dar salida. Algunos cráneos presentan hasta 5-7 trepanaciones.
La segunda pregunta fue, ¿Se practicaba en todas las culturas?, sí por todo el planeta, en África de forma más limitada. Y ahora una deducción, si los seres humanos llegamos a América hace 14.000 años y la práctica de las trepanaciones empezó sobre el año 10,000 AC quiere decir que las culturas americanas desarrollaron de forma independiente esta práctica pues la conexión entre América y Asia por el mar de Bering no existía, estaban aisladas.
Y más a más, precisamente fue en América donde comenzó la práctica de la trepanación terapéutica a gran escala en pacientes vivos. En concreto los Incas fueron unos auténticos expertos con unas tasas de éxito elevadísimas, sobrevivía el 95% de los pacientes (según otros investigadores el 80 %) y los casos de infección eran muy bajos. La practicaban con frecuencia pues en los yacimientos más importantes un 17% de los cráneos estaban trepanados en vivo.
Las armas de guerra en el cuerpo a cuerpo eran la cachiporra y el mazo de piedra (no conocían la espada), el objetivo era abrirle la cabeza al contrario, por lo que se producían muchas fracturas por compresión que introducían esquirlas de hueso en el área del cerebro que había que eliminar. Por tanto utilizaban la trepanación principalmente para curar heridas de guerra, esa es la razón de que la mayoría de los cráneos trepanados encontrados sean de hombres. Como anestesia se usaba la coca y la chicha en grandes cantidades.
Y me hacía yo otra pregunta, ¿cómo podemos saber si una trepanación ha sido realizada en vida, o post mortem?, o bien, ¿si después de realizada la intervención el paciente ha sobrevivido?. Si la trepanación se realiza con el enfermo vivo y este sobrevive a la operación, el hueso vuelve a crecer y los bordes tienden a unirse, cuanto más tiempo haya pasado más cerrado estará el agujero. Si la trepanación se realiza después de la muerte o el paciente no sobrevive, el hueso no crece. Fácil de detectar para un arqueólogo sagaz.
Con nuestra llegada a América y la introducción de la espada, las heridas pasaron de la cabeza al tórax y al abdomen. Las trepanaciones se dejaron de practicar y se perdió el conocimiento adquirido.
Es increíble como unos hombres que no conocían la rueda fueron capaces de dominar una técnica quirúrgica que para nosotros, después de haber llegado a la luna, seguía siendo como una lotería hasta hace bien poco.
“… No puedes cambiar el pasado, pero tal vez puedas aprender de él.” (El Tiempo – Alicia a través del Espejo)
Firmado: Javier Freundlich
Almudena, estoy completamente de acuerdo contigo y con el médico. Los anglosajones utilizan el principio de «KISS», acrónimo de «Keep It Simple, Stupid » (mantenlo simple, tonto)
Además, como dijo Julio César: cuando lleguemos a ese río hablaremos de ese puente, y seguro que tardamos mucho en llegar.
Muchas gracias por estar siempre ahí!
Javier Freundlich
¡¡Qué gran artículo Javier!! ¡¡ Cómo ha evolucionado la ciencia en este sentido !!, aunque debo confesarte que solo con leer el enunciado, se me han puesto los “ pelos de punta”, quizás porque esto de que te “abran la cabeza” es algo que los parkinsonianos tenemos que barajar como posibilidad o alternativa en nuestra lucha con la enfermedad.
En este sentido, estoy muy de acuerdo con ciertas palabras más que sensatas que le dijo cierto especialista en trastornos de movimientos a un compañero parkinsoniano. Compañero que por el avance de su enfermedad, está en la obligación de decidir por un tratamiento de segunda línea o más revulsivo. Copio textualmente, excepto el nombre que es ficticio, dignas a tener en cuenta por todo parkinsoniano:
… José, lo mejor y más práctico de cara al paciente, es darle al cerebro lo que necesita alterando lo menos posible la naturaleza…
¡¡Qué coherente y razonables palabras!!.
Por experiencia, por lo que veo y comparativamente con experiencias de otros compañeros.
Creo que ser práctico y complicarse lo menos posible es más que útil en esta vida (siempre que tengamos opción, claro está). Ya tendremos tiempo de complicarnos, si llegara el caso….
Muchas gracias por compartir tus conocimientos.
Un fuerte abrazo
Muchas gracias Pilar, es absolutamente cierto lo que dices, como ejemplo las pirámides de Keops, Kefren y Mikerinos en Gizá y por el otro Machu Pichu en Perü, tanto la ciudad como las pirámides fueron construidas sin saber lo que era una rueda, pero encierran un gran conocimiento de astronomía, en concreto de los solsticios. En ambas sociedades había un gran saber astronómico.
No olvidemos que sólo 50 años antes de decubrir América a un tal Galileo Galilei se le había quemado vivo por decir que era el sol y no la tierra el centro “del mundo” y como corolario la tierra no era plana sino una esfera.
Meses antes de la cosecha, tanto el faraón como los templos ya sabían cuánto iban a recaudar en impuestos gracias a los nilómetros. En esto no hemos cambiado, Hacienda siempre con la última tecnología para asegurar una recaudación óptima.
Un cariñoso saludo
Javier Freundlich
Gracias Javier, da gusto leerte. Y se me ocurre, desde esta lectura, que no sé si deberíamos tener tan claro que los egipcios o los incas, etc,,tuvieran escasos conocimientos de según qué cosas, claro que de la neurología tal y como la entendemos actualmente no, sin embargo, parece que fueran sociedades muy avanzadas, posiblemente poseedores de grandes conocimientos sobre la vida y el planeta, hoy, a lo peor, olvidados o «tapados» por otros intereses.
Interesantísimo ,Javier. No me podía imaginar que viniera desde tantísimos años. Tú siempre nos enseñas algo. Muchas gracias
Muchas gracias por tu apoyo
Javier Freundlich
Tan antiguo como la humanidad, la primera comida de coco fue: “sigo en el árbol, que está desapareciendo o bajo a la sabana que está creciendo? , de aquellos polvos vienen estos lodos, muchas gracias Paco
Fantástico Javier…y lo de «comerse el coco», por supuesto no en su acepción canibalística sino en la simbólica ¿ tiene época de inicio histórico?