¿CÓMO ES POSIBLE? Es la pregunta en boca de muchos mientras digerimos la noticia: Donald Trump será el próximo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, a partir del día 20 enero de 2017. Hoy iba a escribir sobre otro tema, pero ante lo acontecido en un país al que me siento especialmente vinculada (como algunos habréis podido imaginar por mis apellidos, soy estadounidense y española), no puedo por menos que intentar explicarme que ha pasado por nuestras cabezas a la hora de votar.
Desde el punto de vista neurológico, durante la toma de decisiones se activan dos sistemas neuronales íntimamente ligados: el circuito racional y el circuito emocional. El sistema racional involucra áreas cerebrales como la corteza órbito frontal y la región prefrontal dorsolateral y medial. Si te tocas la frente con la palma de la mano, justo debajo está la región frontal que se activa cuando tomamos decisiones meditadas, en las que analizamos los pros y contras, calculando la utilidad y las consecuencias de cada opción, para optar por la que proporciona el mayor beneficio. Podemos definir este tipo de decisiones como decisiones tomadas»en frío». En cambio, es el sistema límbico el que se activa cuando tomamos decisiones más impulsivas, de forma rápida, automática e instintiva. A estas decisiones podemos denominarlas como decisiones tomadas «en caliente». Estos circuitos subcorticales (regiones del cerebro más profundas que se sitúan debajo del cascaron que supone la corteza cerebral y, por tanto, son más primitivas en la cadena evolutiva) involucran zonas como la amígdala (íntimamente conectada con la ínsula), el cíngulo y el hipocampo.


Éste es el esbozo anatómico que dibuja las zonas cerebrales que se activan cuando se toma una decisión, por ejemplo, al votar. Esta decisión se puede tomar con la cabeza, si se activa mayoritariamente el sistema frontal y racional. También se puede tomar con el corazón, si se activa más el sistema límbico o emocional; o con ambos, ya que están anatómica y funcionalmente ligados por muchas conexiones neuronales.
Los expertos (Luo J. & Yu R 2015) en toma de decisiones explican que la balanza se inclina al sistema emocional en dos tipos de situaciones:
- Cuando el sistema emocional está hiperactivado
- Cuando el sistema racional esta hipoactivado.
Es indudable que Donald Trump ha sabido conectar con el sistema límbico de la población estadounidense. Ha enardecido a las masas, despertando la ira contra el establishment (ese conjunto de personas y entidades influyentes que mantienen y controlan el orden establecido), apuntando a su rival, Hillary Clinton, como máxima representante de todo esto, incluso reclamando su encarcelamiento. Ha avivado el miedo a una inminente amenaza terrorista islámica (porque están entre nosotros) y ha incitado al odio contra el inmigrante que quita el trabajo a los ciudadanos norteamericanos. Ira, miedo y odio, son emociones que potencian el sistema emocional y lo activan de una forma exagerada, disminuyendo la percepción de los mensajes recibidos por el sistema racional.
La familiaridad también activa al sistema emocional. Donald Trump es una celebridad desde hace una treintena de años. Ha estado presente en un canal televisivo desde 2004 con el programa The Apprentice. Ha aparecido a diario en los medios de comunicación desde hace muchos meses. Esto, sin duda, le convierte en una figura muy familiar para el estadounidense medio. Las decisiones instintivas y automáticas se guían también por esa zona de confort que busca lo allegado.
Por varios motivos, la capacidad racional de algunos votantes también se ha podido ver debilitada. Las teorías sobre la toma de decisiones apuntan a que la ambigüedad y la complejidad hipoactivan el sistema racional (Luo J. & Yu R. 2015). Durante la campaña electoral estadounidense, en la que apenas se ha hablado de cuales eran los proyectos políticos en lo económico o en lo social, la información ha sido ciertamente incompleta y, en el caso del Partido Republicano, se ha hecho un descarado llamamiento para decidir el voto desde lo emocional.
Desde la distancia física que nos separa de EE.UU., parece imposible creer que Donald Trump haya llegado a ganar estas elecciones. Cuando las situaciones no nos involucran personalmente, se ve favorecido el sistema racional y el poder analítico que ve rápidamente a través de la demagogia. Cuando la decisión te involucra personalmente y eres, por ejemplo, un trabajador de la industria del automóvil que has visto como se cierra tu fábrica y te quedas sin trabajo porque los coches ahora se hacen en India o en China, es más probable que se active tu ínsula y amígdala a la hora de votar y hagas caso omiso de la inexperiencia política de tu candidato o de sus multiples contradicciones.En fin, durante la madrugada de ayer iba viendo como, poco a poco, el mapa de EE.UU. se volvía progresivamente más rojo (color corporativo del Partido Republicano) y pensaba en la posibilidad de ese voto «en caliente» de muchos estadounidenses. Es evidente que habrá quienes, fríamente, crean que construir un muro entre México y EE.UU., o cambiar los protagonistas del orden establecido, es la solución para sus problemas. Quizás porque pienso que el 47.5% de los estadounidenses no pueden ser tachados de racistas, machistas e ignorantes, me he intentado explicar el por qué de estos inesperados resultados mediante esta hipótesis del voto emocional. Voto que, dicho sea de paso, muchos no confesaron en las encuestas previas.
Evidentemente, lo aquí expuesto no deja de ser una opinión, escrita por mí «en caliente», para más INRI. Estoy convencida de que Donald Trump es un hombre inteligente, de lo cual ha convencido a mucha gente que le ha votado por eso, y que, por tanto, sabrá escoger a sus asesores y tomar decisiones usando su corteza frontal y racional.
Espero que, además de servirme como desahogo, este post pueda acercar al lector al funcionamiento del cerebro a la hora de tomar decisiones.
Referencias: 1) Luo J, Yu R. Follow the heart or the head? The interactive influence model of emotion and cognition. Front Psychol. 2015 May 6;6:573.
Las imágenes cerebrales son de https://commons.wikimedia.org
Firmado: Mónica Kurtis
Fully agree. A different way to explain it but same principle:
Simon Sinek – Start with Why
https://youtu.be/u4ZoJKF_VuA
Explains why people do what they do
Yo creo que los demócratas,y la inmensa mayoría del partido Republicano, que recordemos no apoya, de obra o pensamiento , a Trump echan mano del voto limbico para tapar sus fallos y vergüenzas, de ahí los batacazos de prensa y agencias de sondeo electoral. Aquí lo hemos visto ; a los nuevos partidos, Podemos y Ciudadanos, en su debut como alternativa , se les despachó con un » ahí se llevan el voto del descontento del castigo». Y recordemos que la venganza, el castigo y la frustración son un plato frío que se cocina en la oficina del frontal.
Tienes razón seguro Javier. Sin duda habrá muchas razones por las que la gente a votado a Trump y como bien dices habrá quien ha optado muy calculadamente por ese voto en contra del sistema, cocinado despacio en el frontal 🙂 con cada rechazo en la búsqueda de trabajo, deuda de tarjeta acumulada, letra impagada…
La inteligencia emocional es eso que tan bien explicas, Mónica. La pena es que se activen más fácilmente las emociones como el miedo o la ira y no el amor o la serenidad. Pero esto ha sido sólo la campaña, ahora gobernará para todos los norteamericanos y la sensatez confío en que se imponga. La realidad es la que es, ahora proyectemos pensamientos positivos….y crearemos una realidad positiva, aunque no parezca fácil.
Ah! Se me olvidaba, ENHORABUENA Mónica por este blog. GRACIAS, Marta
Exacto Marta. Muchas gracias por el comentario y los ánimos. Para ser justos, creo que Trump también ha sabido mover el orgullo de muchos americanos, lanzando mensajes de «vamos a hacer América grande de nuevo». Este sentimiento, más positivo, también ha enganchado. ¡Hay esperanza!
Esperemos que la forma de gobernar de Trump se acerque más a su discurso de esta mañana que a su campaña. Ha sido conciliador e indudablemente ha llamado más al sistema racional que al emocional.
Muy curiosa e interesante tu explicación Monica sobre el voto emocional , lo cierto es que tu explicación es lógica y coherente, y más para los neófitos en los temas de toma de decisiones importantes que pueden afectar a nuestro futuro.